¿Enseña la Reina-Valera 1865 que Cristo hizo pecado?
Por Fabio Carballo
Una de las acusaciones con menos peso, más absurda, en contra de la Antigua Reina-Valera 1865 es aquella que dice que tal Biblia enseña que JesuCristo fue un pecador o, que por lo menos, cometió pecado.
Dos hombres de Dios, que trabajan en el ministerio como misioneros enviados por iglesias estadounidenses me han planteado esa pregunta. El versículo en cuestión es 2 Corintios 5:21, “Porque a él que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”.
El interrogante expresado por mis emisores fue más o menos el siguiente: “¿Hermano Fabio, es verdad que la 1865 muestra en 2 Corintios 5:21 que JesuCristo hizo pecado?”. En ambos casos el solo cuestionamiento me sorprendió, posiblemente porque en el resto de las Escrituras encuentro que Cristo fue sin pecado (1 Pedro 3:18; Hebreos 4:15), y además, porque de una lectura sencilla del versículo citado tampoco se puede inferir que Cristo cometió pecado.
Dado que mis interlocutores están seguros que el resto de las Escrituras enseñan la impecabilidad de Jesús, me concentraré en la explicación del verso de segunda Corintios.
Haciendo una extracción de la frase entre comas del verso la lectura sería la siguiente: “hizo pecado por nosotros”. Esta sentencia podría tener por lo menos dos interpretaciones: Jesús pecó, o Jesús pecó por nosotros o en nuestro reemplazo. Sin embargo, el verbo “hacer” en la frase demanda preguntarse por el sujeto: ¿Quién es el que ejerce la acción? ¿Quién hizo?
Desde el verso 18, el apóstol Pablo presenta la triada Dios-Cristo-el mundo pecador: “Dios nos reconcilió por JesuCristo” (v. 18), “Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo” (v.19), “[…] embajadores somos de Cristo, como si Dios rogase por nosotros: os suplicamos […] reconciliaos con Dios” (v. 20). El último sujeto presentado en el verso 20 es Dios, y aquí, podemos decir, sin contradicción, que habla de Dios el Padre.
En el verso 21 se puede utilizar una sencilla ley hermenéutica: la ley de instrumentación. Hay un sujeto, que usa (acción) un instrumento, para cumplir un objetivo. El sujeto es Dios el Padre, el instrumento es aquel que no conoció pecado (Dios el Hijo), la acción es hacerlo pecado (al Hijo) y el fin es ser hechos justicia de Dios en Cristo.
Entonces frente a la pregunta ¿Quién ejecuta la acción? ¿Quién está haciendo algo? ¿Sobre quién se aplica la palabra hizo en 2 Corintios 5:21? La respuesta en este caso es, Dios el Padre. ¿Dios el Padre hizo pecado? No, Dios el Padre convirtió, volvió, a JesuCristo (su instrumento) pecado, para que aquellos que lo reciben tengan la justicia de Dios Padre.
No que Dios Padre hizo a Cristo pecador, sino que lo hizo pecado. Es decir, en algún momento de su existencia terrenal, el hijo de Dios, fue hecho o era pecado. Pero en ningún momento de su existencia terrenal fue pecador.
La palabra que usa la Antigua Valera 1602/1865 para explicar esta maravilla divina es “traspuso”. Dios traspuso el pecado de la humanidad en Cristo. Traspuso viene del verbo transponer, que es quitar una cosa de un lugar y ponerla en otro lugar. Isaías 53:6, “Todos nosotros nos perdimos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová TRASPUSO en él el pecado de todos nosotros”.
Fue entonces en ese momento, poco antes de la muerte de Cristo, que Dios hizo pecado, no pecador, a su Hijo. JesuCristo no solo cumplió con la expiación, sino también con la reconciliación según Levítico 16:9-10.